¿Qué es el jengibre? El jengibre, con el nombre científico de Zingiber officinale, es una planta perteneciente a la familia de las zingiberáceas (de la que también forman parte condimentos habituales en nuestra mesa y en nuestros platos como son la cúrcuma o el cardamomo) que constituye una de las primeras especias que llegaron a Europa tras ser exportadas de Oriente.
Remontándonos a sus orígenes se cuenta que fue el emperador chino Shennong (también conocido como Yang) uno de los primeros en utilizar las plantas en medicina, y quien empezó al parecer a cultivar el jengibre. De hecho, escribió una compilación titulada Clásico de las raíces y hierbas del Divino Granjero donde ordenaba las hierbas que se iba encontrando y en la que ya aparecía el nombre del jengibre.
Tabla de contenidos
Propiedades del jengibre
Es conveniente tener en cuenta una serie de propiedades medicinales y curativas del jengibre:
- Analgésico
- Antihistamínico
- Antipirético
- Antioxidante
- Antiinflamatorio
- Hipertensor
- Digestivo
- Antitusivo
- Cardiotónico
- Antiulceroso
- Antiemético
La planta del jengibre y sus partes
Esta planta perenne proviene del sur de Asia, aunque puede ser cultivada en otras muchas regiones si se dan las condiciones cálidas que necesita. El jengibre puede llegar a alcanzar (aunque no es lo común) los dos metros de altura con unos rizomas subterráneos de forma muy característica que son los que utilizamos en cocina como especia y, cada vez más, también en combinados con alcohol como el gin tonic. También son los responsables de que la planta se reproduzca.
Sus hojas son alternas, lanceoladas y prominentemente agudas en el ápice y sus tallos, rojizos, a menudo se confunden con hojas. En lo que respecta a sus flores, estas están dispuestas en espigas y rodeadas por una bráctea delgada. Para que la planta del jengibre crezca sana necesita calor, una presencia de humedad frecuente, evitar el sol… y, como toda planta, ¡mucho mimo!
¿Para qué sirve el jengibre? Usos y beneficios para la salud
Quizá deberíamos preguntarnos para qué no sirve el jengibre, pues esta planta de singular forma está llena de riquísimas propiedades que podemos aprovechar para nuestro bienestar gracias a sus resinas, a sus aceites esenciales y por supuesto, a sus vitaminas y proteínas. Además, el jengibre está cada vez está más presente en nuestros supermercados y poder acceder a él en su forma molida para disfrutar de sus beneficios nos va a ser muy sencillo. Estos son los usos más eficaces del jengibre a día de hoy:
Uso del jengibre como aliado durante procesos gripales
Seguro que más de una vez habéis escuchado aquello de hervir agua con jengibre para inhalarlo cuando estamos acatarrados. Y es que sus propiedades son muy eficaces para eliminar la congestión que se produce en el pecho debido a esas molestas acumulaciones de mucosidad.
También resulta muy útil para aliviar la fiebre y para expulsar las toxinas derivadas de los catarros y gripes. Además, junto al limón y la miel (un tándem imprescindible a la hora de combinar plantas con condimentos), el jengibre también es una de las mejores maneras de combatir el dolor de garganta y la tos, así como para evitar que la voz se quiebre cuando tengamos que forzarla demasiado.
Uso del jengibre para los problemas digestivos
Los que ponen jengibre a su ginebra alegando que es digestivo no van tan mal encaminados: El jengibre contiene enzimas que contribuyen a favorecer el proceso de digestión y ayudan, así, a evitar efectos secundarios como flatulencias o barriga hinchada. Además, su poder antibacteriano ayuda a cuidar la flora intestinal.
Además, el jengibre también se considera un anti vomitivo muy eficaz y su ingestión en determinados momentos constituye un remedio muy útil para combatir las ganas de vomitar durante el embarazo, en postoperatorios o incluso para aquellos que se marean durante los viajes en coche o avión.
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- El jengibre se utiliza comúnmente para tratar varios tipos de problemas digestivos
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Uso del jengibre para prevenir la aparición de úlceras
Debido a su alto poder antibacteriano, que es una de sus muchas propiedades, esta planta es capaz de llegar a eliminar la bacteria Helicobacter pylori, que es la responsable de que aparezcan úlceras de estómago y duodeno al expulsar secreciones de amoniaco. También ayuda a neutralizar el exceso de ácidos gástricos.
Uso del jengibre para evitar la diarrea
Las ya mencionadas propiedades antibacterianas del jengibre pueden luchar contra los microorganismos que causan problemas intestinales comunes como la diarrea. Gracias a lo bien que se llevan el jengibre y nuestra flora intestinal, esta permite que la planta aumente la población de bacterias beneficiosas y que elimine otras como la Escherichia coli, que es la responsable de nuestras diarreas e incluso de las gastroenteritis.
Por ello, tomar habitualmente jengibre puede ayudar a mejorar la composición de nuestra flora intestinal y a que se eviten ciertas putrefacciones intestinales que son las que dan lugar, después, a las molestas hinchazones de estómago.
Uso del jengibre para los dolores menstruales
Las mujeres que sufren dismenorrea durante sus períodos menstruales pueden incluir infusiones de jengibre en su dieta para reducir estos molestos dolores. Y es que, por sus compuestos, esta planta tiene propiedades que la hacen similar al ibuprofeno pero con la ventaja de que evitaremos sufrir sus molestos efectos secundarios.
Además, también ayuda a que desaparezcan los dolores premenstruales y, como decíamos, a que no aparezcan náuseas que también se presentan en muchas mujeres durante sus ciclos menstruales.
¿Cómo tomar jengibre? Los mejores remedios caseros
Ya hemos hablado de que cada vez está más de moda utilizar trocitos de esta planta como condimento de ciertas bebidas espirituosas, pero lo cierto es que esa es una de las pocas maneras en las que no podremos aprovechar los beneficios del jengibre. Sin embargo, hay otras muchas maneras de consumirlo que sí nos permitirán utilizar sus propiedades.
Infusiones de jengibre
La forma por excelencia de consumir jengibre y la preferida por muchos, aunque siempre y cuando no nos pasemos con la dosis, pues es cierto que el sabor del jengibre puede ser demasiado fuerte para algunos. En este caso necesitaremos una taza de agua, una cucharada de jengibre picado, el zumo de un limón y una cucharada pequeña de miel o edulcorante.
Después calentamos el agua hasta llevarla a ebullición, la retiramos del fuego, añadimos la cucharada de jengibre y la dejamos reposar durante cinco minutos. Agregamos después el limón y la miel… ¡y ya tenemos la infusión lista para combatir nuestros dolores! Si quieres variar, también puedes cambiar el agua por leche.
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Caramelo de jengibre
Los caramelos, para que resulten lo más sanos posible, mejor prepararlos en casa (al menos, en la medida de lo posible) para evitar problemas de glucosa. En este caso, y con el fin de llevarlos como ayuda en los viajes en los que sabemos que podemos marearnos, necesitamos una taza de té de jengibre (que ya hemos aprendido cómo se hace) y 300 gramos de azúcar.
Una vez tengamos los ingredientes hemos de preparar moldes de silicona para dulces (los de hacer bombones, por ejemplo) y colocar en una olla todos los ingredientes hasta que hiervan, a fuego lento. Después retiramos la mezcla del fuego y la colocamos en los moldes hasta que enfríen. Así, al día siguiente, ya podremos empezar a consumirlos.
Vahos de jengibre
Para la congestión nasal uno de los mejores remedios es inhalar jengibre bien caliente. Para ello necesitamos poner una olla con agua en el fuego y rallar la raíz del jengibre. Antes de que hierva, tenemos que añadirla en el agua, apagar el fuego, y dejar reposar la olla durante tres minutos.
Después, nos colocamos una toalla para cubrirnos la cabeza (como hemos visto en muchos anuncios de productos contra el resfriado) y nos colocamos encima de la olla de manera que inhalemos el vapor durante un minuto. Lo repetiremos hasta que notemos un poquito de alivio en la dichosa descongestión.
Zumo de jengibre
Podemos añadir jengibre a muchas de nuestras recetas de zumos y batidos para poder gozar de sus beneficiosas propiedades. Un ejemplo es el zumo de zanahoria y jengibre que, además de funcionar estupendo como merienda o postre bien fresco en verano, desinflama la zona abdominal y ayuda a que perdamos peso.
Para ello debemos licuar cuatro zanahorias, una naranja, una taza de agua caliente y añadir tres cuartos de una cucharada de jengibre. Una vez al día nos servirá como complemento para adelgazar y endulzar nuestros días. Eso sí, teniendo mucho cuidado de no pasarnos con el jengibre para que no endurezca en exceso el sabor del zumo.
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Contraindicaciones del jengibre
- Puede producir somnolencia y/o acidez estomacal durante el embarazo y la lactancia.
- Si bien es beneficioso contra los vómitos del embarazo, no se recomienda abusar en las dosis.
- El aceite esencial de jengibre no debe ingerirse directamente.
- Si se sufre de hipertensión no es conveniente consumir esta planta.
- En personas con cálculos biliares hay posibilidad de que el jengibre dé lugar a piedras o cólicos de riñón.
- Para las personas con aftas en la boca (pequeñas úlceras superficiales), el jengibre no es adecuado porque puede producir un alto nivel de escozor.
- Los niños no deben consumir jengibre.