
Su nombre científico es Calendula officinalis, pero todos la llamamos actualmente por su nombre común, caléndula. Muy conocida por sus propiedades medicinales, esta planta forma parte de la familia de las asteráceas, de la cual también son miembros, por ejemplo, las margaritas o los girasoles.
Su nombre deriva del latín calendulae, que significa en castellano “a lo largo de los meses” en relación a la duración de su período de floración. Ya se utilizaban en las antiguas civilizaciones grecorromanas y también los árabes la conocían por sus cualidades terapéuticas y cosméticas. Su antigüedad queda constatada ya en órdenes emitidas por Carlomagno, como aquella en la que pedía que se cultivaran una serie de hierbas y condimentos, de entre los que formaba parte la caléndula.
Tabla de contenidos
- 1 Propiedades de la caléndula
- 2 La planta de la caléndula y sus partes
- 3 ¿Para qué sirve la caléndula? Usos y beneficios para la salud
- 3.1 Uso de la caléndula para reducir las inflamaciones
- 3.2 Uso de la caléndula para mejorar el estado de nuestra piel
- 3.3 Uso de la caléndula para disminuir el dolor menstrual
- 3.4 Uso de la caléndula para una mejor salud visual
- 3.5 Uso de la caléndula para ayudar al funcionamiento de nuestro sistema digestivo
- 4 ¿Cómo tomar caléndula? Los mejores remedios caseros
- 5 Otras plantas medicinales que no puedes perderte
- 6 Contraindicaciones de la caléndula
Propiedades de la caléndula
Las propiedades medicinales y curativas logran que sea un ingrediente que consumamos de forma habitual para beneficiarnos de todas sus ventajas, entre las que se incluyen:
- Antiinflamatoria
- Antibacteriana
- Antiespasmódica
- Emenagoga
- Antifúngica
- Colerética
- Antiulcerosa
- Vulneraria
- Analgésica
- Cicatrizante
- Calmante
- Antiséptica
- Antibiótica
- Digestiva
La planta de la caléndula y sus partes
Esta planta herbácea aromática suele medir entre unos 20 y 50 centímetros de altura. De ella son características sus flores, de colores amarillos y anaranjados, que suelen florecer durante todo el año si las condiciones son favorables. De esta parte de la caléndula es de donde se extraen sus propiedades medicinales, aunque a veces se utilizan también sus hojas machacadas.
La caléndula es originaria de las zonas mediterráneas y actualmente la encontramos tanto en esa región como en zonas de Europa meridional y Egipto. Es una planta que está capacitada para crecer en casi todo tipo de suelo, aunque su predilección son los terrenos arcillosos. Como decíamos, es capaz de florecer todo el año en climas templados de temperaturas no muy bajas, aunque también puede resistir heladas e incluso sequías.
¿Para qué sirve la caléndula? Usos y beneficios para la salud
Nada más que por lo bonitas y coloridas que son sus flores, bien podríamos decir que la caléndula debería ser un básico en nuestro jardín. No obstante, esta planta es mucho más que belleza, pues está llena de propiedades beneficiosas para nuestra salud como las que hemos citado anteriormente de las que, una vez las conozcamos, no vamos a poder deshacernos. Estos son algunos de los beneficios que la caléndula puede aportar a nuestra salud:
Uso de la caléndula para reducir las inflamaciones
Uno de los usos medicinales más extendidos de la caléndula es su propiedad de ejercer como antiinflamatorio debido a que sus flores cuentan con unos principios llamados calendulósidos y calendulina cuyas propiedades antiflogísticas son beneficiosas para este cometido. No son los únicos, pues también cuenta con ácido salicílico, terpenoides, ácido málico y gentístico, cariofileno y quercetina.
Así, ante dolores de garganta, infecciones bucales como la gingivitis o dolencias inflamatorias del sistema digestivo, la caléndula puede posicionarse como uno de nuestros mejores remedios naturales.
Uso de la caléndula para mejorar el estado de nuestra piel
La caléndula no solo favorece que posibles heridas nos curen más rápidamente (gracias a sus propiedades cicatrizantes y antiinflamatorias), sino que el aceite de caléndula también ayuda a que nuestra piel luzca mucho más radiante. Esto es debido a sus poderes para mejorar el flujo sanguíneo de nuestras células y a reducir la aparición de arrugas y manchas gracias a otra de sus propiedades, la de ejercer como antioxidante.
Así, cremas a base de aceites de caléndula pueden ser muy útiles para conseguir una piel más joven, con más vida y evitando rojeces, cicatrices e inflamaciones. También lo es para aplicar en la piel ante quemaduras o grietas en la misma. ¡Incluso es beneficiosa para tratar las picaduras de mosquito!
Uso de la caléndula para disminuir el dolor menstrual
Esta es otra de las propiedades que hacen de la caléndula una planta rica en beneficios, la emenagoga. Esto es que, debido a algunos de sus nutrientes y propiedades, las flores y hojas de esta planta pueden ayudar a reducir los dolores menstruales y también otros derivados del síndrome menstrual como el dolor de cabeza, la irritación, etc. Se dice que la caléndula también contribuye a regular la producción de estrógenos y, por tanto, a regular los ciclos menstruales.
Relacionado con el aparato reproductor femenino, es también importante saber que la caléndula puede ayudarnos ante casos repetidos de infecciones vaginales como la candidiasis, provocada por el hongo cándida, ya que tiene propiedades antifúngicas que ayudan a erradicarlo.
Uso de la caléndula para una mejor salud visual
Otro de los aportes de la caléndula es el beta caroteno, un pigmento que se encuentra en algunas plantas y que está repleto de vitamina A. Este antioxidante es indispensable para que nuestros ojos funcionen correctamente y también para evitar la degeneración de la vista o el desarrollo de enfermedades visuales como las cataratas.
En este sentido, la caléndula, generalmente por vía tópica, también se utiliza para calmar ojos hinchados, párpados inflamados o para tratar la conjuntivitis.
Uso de la caléndula para ayudar al funcionamiento de nuestro sistema digestivo
La caléndula también se emplea en numerosas ocasiones para actuar como remedio ante posibles problemas digestivos como indigestiones, hinchazón estomacal, flatulencias o digestiones demasiado pesadas. En este sentido, debido a sus propiedades antiespasmódicas, la planta de la caléndula es un remedio ideal para calmar los posibles retortijones derivados de estos problemas digestivos.
Por otro lado, es también muy útil para tratar problemas de vesícula biliar, pues además gracias a su efecto colerético la caléndula es de gran ayuda para conseguir que la bilis salga hacia el tracto digestivo y mejore la digestión.
¿Cómo tomar caléndula? Los mejores remedios caseros
Si bien es cierto que no es lo más común, los pétalos y hojas de caléndula podrían formar parte de nuestras ensaladas si así lo deseáramos. Del mismo modo, dichos pétalos pueden servir como ya hacían antiguamente, como tintura en pasteles o incluso arroces, pues antes la caléndula sustituía al azafrán. No obstante, si queréis ir más allá o si no os convence la idea de incluir esta amarga planta en vuestras ensaladas, aquí os traemos las mejores formas de incluir caléndula a vuestra dieta para poder veros beneficiados por sus propiedades:
Infusión de caléndula
Al igual que ocurre con otras plantas medicinales, aprovecharse de los beneficios de la caléndula mediante una infusión de esta planta es una de las maneras más efectivas de hacerlo. Así, si queremos tratar a nuestro sistema desde dentro y mejorar nuestras digestiones, el estado general de nuestro organismo o inflamaciones internas, una infusión será nuestra mejor aliada.
Para ello necesitamos un puñado de flores de caléndula secas y una olla con agua hirviendo. Cuando se hayan empapado durante unos quince minutos, colamos las flores y nos quedamos con el líquido extraído. Para que os hagáis una idea de las cantidades, más o menos cada taza de infusión de caléndula contendría, aproximadamente, una cucharada de cabezas de flores secas. Tomándola una o dos veces al día notaremos inmediatamente cómo mejora nuestro organismo.
Crema de caléndula
Tal y como os habíamos contado, una de las funciones más populares de la caléndula es la de mejorar significativamente el estado de nuestra piel y sobre todo si esta tiene manchas, inflamaciones o irritaciones. Así pues, ¿qué mejor que una crema de caléndula que incida directamente en estos problemas?
Para llevarla a cabo necesitaremos aceite de oliva (o de almendras), flores de caléndula secas y crea virgen de abeja. Las cantidades serían, aproximadamente, 750 gramos de aceite para cada 50 gramos de cera. Para la caléndula, normalmente, la proporción es 1/3 de pétalos y 2/3 de aceite. Lo primero que habrá que hacer será dejar que estos pétalos maduren en un tarro con aceite durante cuarenta días (y cuarenta noches).
Una vez haya pasado este tiempo, colamos el aceite sobre una balanza para comprobar que tenemos la cantidad correcta y lo echamos en un recipiente para calentarlo al baño maría. Cuando esté caliente (aunque con cuidado de que no sea demasiado), echamos la cera virgen y removemos hasta que esté completamente disuelta para después echarlo en el tarro donde queramos conservarla. Es muy importante que lo hagamos rápido, pues esta mezcla enseguida se endurece.
Cuando la mezcla esté fría y dispuesta en el bote (previamente esterilizado) en el que la hayáis querido poner, ¡ya tenéis la crema lista para utilizar en todas las situaciones para las cuales la caléndula es beneficiosa!
Otras plantas medicinales que no puedes perderte
Contraindicaciones de la caléndula
- Puede provocar alergia en personas con predisposición a tenerla a plantas como las margaritas o similares, dado que son de la misma familia.
- El contacto directo con la planta puede causar dermatitis o sarpullido.
- No se recomienda tomar caléndula durante el embarazo debido a sus propiedades emenagogas.
- No es recomendable tomar caléndula si se está en tratamiento con fármacos sedantes.
- En estado de lactancia tampoco es positivo consumir caléndula.
- No hay que tomar dosis excesivas de caléndula debido a su contenido en taninos, que podría irritar nuestro estómago.
- Tomar más de tres infusiones diarias de infusión de caléndula puede producir efectos secundarios y malestar.